Después de 2 meses de inmersión en actividades de mi
posgrado era momento de regresar. Tal parece que si no lo escribo no se “mueve”
mi intención, así que volveré a donde me quedé. Pero, antes que otra cosa
suceda: gracias a quienes han incorporado el trote/carrera a su estilo de vida y a sus entrenamientos,
ese es mi objetivo y veo que poco a poco
se riega la semilla =).
Especialmente agradezco a mis amigos: a) L. que me acompaña a ver cómo va la
ruta antes de la carrera y por picarme la costilla para que escriba, b) S. por platicar conmigo sobre esa historieta que
me recuerda los pasos de bebé de un deportista y a c) Ch. por fotografiar las
metas de las carreras y tomar nota mental del ranking de corredoras pro. Dudo
que algún día las alcance, pero siempre es bueno saber cómo van las
estadísticas, ¿o no?.
Volviendo al punto, ¿qué pasa después de las primeras
carreras? Esta entrada va en 2 partes: durante y después de la
carrera. ¿La razón? Mostrar la utilidad de evaluar lo que sucedió en la carrera
y cómo utilizarlo para una próxima meta.
1.
Durante: Aunque parezca que en el momento no te
percatas de otra cosa que no sea la meta, pregunto: a) ¿escuchaste tu
respiración?, b) ¿consideras que subiste o bajaste con facilidad las lomas o
tuviste que contar cada paso como una meta? , c) ¿llegaste en el tiempo
esperado o algo se complicó? Algunos corredores llegan con inconvenientes en
concentración, otros medio dormidos porque están corriendo a una hora no
acostumbrada, pero si llegas con dificultades físicas no hay duda: necesitas
trabajar en tu planeación de entrenamiento (semanal) y en tus sesiones de
fortalecimiento (1 día de carrera, 1 día de fitness, 1 día de descanso). Además,
un poco de preparación mental ayuda a mover los músculos, aunque no quieran…
2.
Después: Si terminaste con el pulso muy
tranquilo y tu meta es ganar velocidad quizá sea hora de empezar a considerar
si estás explotando tu potencial de trote/carrera, ¿dónde? La respuesta está en: el corazón, ya que el ritmo cardíaco puede indicar el nivel de esfuerzo que le estás pidiendo a tu
corazón. Este tipo de entrenamiento está recomendado para trotadores habituales
que empiezan a estancarse en su meta de pérdida de peso, por ejemplo. En ese
caso la situación es: si empiezas a correr y mantienes ese nivel de esfuerzo tu
cuerpo se acostumbrará. Una disminución de peso efectiva demanda aumentar el
nivel de entrenamiento y fortalecer abdomen y espalda –los músculos más
utilizados al correr, además de las piernas-. Desde luego que el resto de los
músculos son importantes, pero para trotadores con ese objetivo es básico
trabajar esas zonas en el cuerpo. Por otro lado, los deportistas que corren
como parte de su entrenamiento para otro deporte-como tenis- podrían ver la
carrera como una manera de quemar grasa y así fortalecer los músculos
necesarios para aumentar su rendimiento en ese deporte principal. Después de
ver a esos tenistas que sacan el “feeling”, la toalla y los 2 botes de agua,
como fanática del tenis veo que correr es lo mínimo que podemos hacer para
ayudar al cuerpo a funcionar de manera integral.
Y aunque correr/trotar es un deporte
disfrutable en solitario, no olviden comentar con otros corredores sus impresiones
de sus entrenamientos y metas: cada quien tiene diferentes visiones del camino
que vale la pena conocer ;).