jueves, 26 de enero de 2012

Correr, ¿duele?

Ya está decidido. Hoy es ese día en que te pones el pants menos aguado, tu playera más cómoda y tus temerarios tenis todo-terreno-urbano. Abres la puerta de tu casa, volteas a despedirte de tu cama o computadora y sientes el aire en la cara al voltear. Nada puede detenerte, ni los carros, ni los perros, ni los hoyos de la calle ni la marabunta de trotadores en la pista más cercana. Así que, empiezas, aceleras el paso, caminas, te acuerdas que estás ahí por algo (ya que), corres, corres, abres zancada, metes turbo, zancadas, sprint y ... terminas. Corres a refrescarte en la toma de agua más cercana y descansas...lo tienes bien merecido, ¿o no?

Siguiente día. Llegas como puedes a tu lugar, te sientas con cuidadito y te levantas esperando que tu pierna derecha ignore a la izquierda, léase : andas en las últimas. Maldito dolor, ¿y ahora? ¿qué me unto, que me tomo, que me pongo?, piensas: ¿Por qué le hice caso a es@/médic@/amig@? tan feliz que era en mi sofá/cama/computadora...

Y aquí es donde aparece una duda : ¿Te preparaste? ¿Calentaste los músculos? ¿Le avisaste a tu cuerpo que ibas a necesitar que te apoyara moviéndose?

Algunos de los dolores más comunes en los deportistas novatos provienen de una falta de calentamiento y enfriamiento. El calentamiento es útil para estirar los músculos y lubricar las articulaciones, así como para empezar a estabilizar la respiración y predisponerte a un mayor esfuerzo. Por otro lado, el enfriamiento es vital para relajar el músculo y todo lo que haya sido acelerado, tanto tu bello cuerpecito como tu metabolismo. Otro factor crucial para entrenar sin problemas es la hidratación. Aproximadamente un 80% de nuestro cuerpo es agua, por lo que si le pides al cuerpo que "caliente" esa agua que tienes en la célula, utilice su reserva y luego enfríe, sería justo retribuirle lo que le has pedido, ¿cierto? Aunque ojo, la hidratación debe distribuirse a lo largo del día, designando una pequeña cantidad antes,durante y después de entrenar.

Hasta ahora hemos hablado del calentamiento, del enfriamiento y de la hidratación, pero ¿Y los dolores?

Si sientes un dolor suave, ligero y que sólo te recuerda que ayer moviste ese músculo que no sabías que tenías, ¡Bienvenido al mundo de los recordatorios de actividad del cuerpo! Es una de las maneras en que el cuerpo reacciona sin reportar ningún daño. Incluso, podría apostar que si haces un buen ejercicio de memoria recordarás lo feliz que te sentiste después de correr. Esa felicidad fue gracias a las endorfinas, esa sustancia que tu cuerpo te regala despúes de haberlo ejercitado. ¿A poco el cuerpo no es bien sabio?

Si sientes en cambio, un dolor muy específico pudo haberse debido a:
1) una respiración inadecuada
2) una comida muy abundante cerca de tu hora de ejercicio
3) un calzado deportivo que necesita ser cambiado en calidad de "ante-ante-ayer"
4) un movimiento corto o largo o brusco, fuera de lo acostumbrado
5) correr en una superficie que daña tus rodillas
6) falta de calentamiento o enfriamiento (otra vez, se que puedo ser insistente, pero después de los 25 años es fundamental).

Correr solo o acompañado, implica informarse de lo que está pasando dentro de ti y a tu alrededor, motiva a buscar un punto de encuentro entre lo que te rodea y lo que recorres, por lo que concientizarte de algunos tips y situaciones era mi intención en esta entrada. Ahora sí, ¡ a correr !

2 comentarios:

ijelizondo dijo...

a veces duele en la boca del estomago por mas que uno caliente. Le dicen el dolor del caballo, como se peude evitar?

Santa Tejeda dijo...

Podría tratarse de la respiración. Una técnica de respiración que me compartió una corredora profesional fue la inhalación 1-2: inspira corto, inspira largo y exhala por la boca. Es muy importante que respetes los "pasos" de cada respiración, ya que pasar inmediatamente a la inhalación larga podría favorecer el dolor de caballo que mencionas.